Mi querido bebé, desde el momento en que llegaste a nuestras vidas, trajiste una ola de alegría y felicidad que llenó nuestros corazones y nuestro hogar con una luz que nunca supimos que faltaba. Tu presencia ha transformado nuestro mundo, convirtiendo cada día ordinario en algo extraordinario, lleno de risas, calidez y amor sin límites.

Como tus padres, queremos que sepas que eres nuestro mayor tesoro, el regalo más preciado que hemos recibido. Todo lo que hacemos es por ti y siempre nos esforzaremos por darte lo mejor de nosotros: el mejor amor, cuidado y apoyo que podamos ofrecerte. Queremos llenar tu vida de alegría, guiarte en cada desafío y celebrar cada éxito, sin importar cuán grande o pequeño sea.

Recuerda siempre, pequeño, que eres nuestro orgullo y nuestra alegría. Eres la razón por la que sonreímos un poco más, amamos un poco más y soñamos un poco más en grande. Verte crecer, explorar y descubrir el mundo es nuestro mayor privilegio y estamos comprometidos a estar a tu lado en cada paso del camino.

En ti vemos nuestras esperanzas, nuestros sueños y nuestro futuro. Eres un reflejo de todo el amor que sentimos el uno por el otro y por ti, y estamos increíblemente orgullosos de la persona en la que te estás convirtiendo. A medida que crezcas, lleva siempre contigo el conocimiento de que eres amado más allá de toda medida, apreciado más allá de las palabras y que siempre serás nuestro orgullo.

No importa a dónde te lleve la vida, no importa cuánto crezcas y cambies, siempre serás nuestro bebé más querido, el que nos trajo una alegría y una felicidad sin igual. Te amamos más de lo que las palabras pueden expresar y estamos muy agradecidos por la bendición que eres en nuestras vidas.